Dentro de una gran ciudad,
si miras afuera, ves los edificios
como los dientes de una gran llave
que te abre la puerta que va a ningún sitio.
Una camisa fantasma
colgada de uno de los aparatos
de aire acondicionado
de esos que quitan calor en verano.
- ¿Cómo he llegado hasta aquí -
pregunto a la arena que cae del zapato-,
si yo estaba en el Prada
tomando cubatas y cuencos de pipas?
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