miércoles, 27 de febrero de 2013

Motivar, no imponer. Ideas para el futuro del sistema de pensiones



La relación entre pensionistas y contribuyentes a la Seguridad Social se dispara de manera preocupante en nuestro país, causando un déficit disparatado (más de 10000 millones de euros el año pasado – el 1% del PIB). Demasiados factores indican que la solución para el sistema de pensiones debe ser estructural.
Aparte de los recortes en los sistemas públicos y de la obvia necesidad de disminuir la tasa de desempleo para aumentar las contribuciones, existen otras salidas eficaces que exigen algo de esfuerzo y compromiso por parte de la clase política, dentro de los siguientes ámbitos:
  • El test de ingresos: Profundizar en el conjunto de reglas útiles que determinan bajo qué condiciones se compatibilizan trabajo y pensión. Actualmente la legislación en nuestro país en este sentido es poco efectiva.
  • Las prestaciones por desempleo: actualmente las prestaciones por desempleo se utilizan de manera irregular como un trampolín hacia la jubilación. Las leyes, en lugar de motivar a que los mayores sigan unos años más en el mercado de trabajo, les incitan a dejarlo cuanto antes.
  • Igualdad de género: Si en España existiera un porcentaje parecido de mujeres trabajadoras al que existe en lugares como Suecia , la Seguridad Social contaría con casi 3 millones más de contribuyentes que ayudarían a sostener el sistema. Gran parte de estas mujeres no trabajan porque tienen mayores o niños a su cargo. Potenciar las medidas contra la dependencia que les impulsen hacia el mercado laboral es cada día más necesario.
  • Disminuir otras desigualdades: Es de destacar que el nivel de vida entre las rentas más bajas es muy inferior (alrededor de 10 años menos) al de las rentas más elevadas, dentro de nuestro país. Las diferencias sociales en este sentido se hacen doblemente injustas.
En definitiva, es cada vez más obvio que dar importantes pasos de cara a mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones es inevitable. Teniendo en cuenta la importancia de los cambios a acometer, y la sensibilidad en cuanto a estos aspectos, utilizar la imaginación y el análisis es fundamental. Las políticas que se emprendan no deben limitarse a prohibir o a obligar a gran escala, sino que es posible centrarse en solucionar problemas concretos y en motivar hacia el trabajo a las personas que pueden con ello contribuir a la estabilidad del sistema.